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Tradiciones Kazajas
Herencia Transmitida De Generación En Generación


El patrimonio cultural de Kazajstán es un rico mosaico formado por siglos de vida nómada, un profundo respeto por la comunidad y una verdadera conexión con la naturaleza. Sus tradiciones encarnan valores de hospitalidad, resiliencia y creatividad, expresados a través de rituales, celebraciones y prácticas artísticas que han perdurado a lo largo del tiempo. Transmitidas de generación en generación, estas costumbres forman un puente viviente entre el pasado y el presente. Reflejan no solo la identidad del pueblo kazajo, sino también su espíritu perdurable y su cosmovisión. Hoy en día, estas tradiciones siguen siendo una parte vital de la vida cotidiana, celebradas como símbolos de unidad y orgullo nacional.

Tradiciones de Kazajistán
  • Cortando la Correa
    Tusau Kesu
    Tusau Kesu es una preciada tradición kazaja que celebra los primeros pasos de un niño. Una cuerda colorida, que simboliza obstáculos en la vida, está atada alrededor de las piernas del niño. Un anciano o pariente respetado corta la cuerda, permitiendo que el niño camine libremente. A menudo, objetos simbólicos como libros, manzanas o dinero se colocan delante del niño para representar su posible camino futuro. Este ritual combina alegría, simbolismo y bendiciones para una vida próspera.
  • Despedida de la Novia
    Kyz Uzatu
    Kyz Uzatu es la ceremonia de despedida organizada por la familia de la novia antes de que ella se una a la casa de su esposo. El evento está lleno de sentidas canciones, bailes y bendiciones, mientras los padres envían a su hija a una nueva etapa de la vida. La novia está adornada con un atuendo tradicional, a menudo con un tocado elaborado. Familiares y amigos se reúnen para expresar sus buenos deseos y compartir la feliz ocasión. Es festivo y emotivo, simboliza la unión de dos familias.
  • Actuación de Títeres
    Orteke
    Orteke es un arte popular único que combina música, títeres y danza. Un hábil intérprete toca la dombra (un instrumento de dos cuerdas) mientras títeres de madera con forma de cabra bailan rítmicamente sobre un tambor. La actuación requiere una gran destreza y coordinación, lo que la convierte en una tradición rara pero fascinante. Reconocido por la UNESCO, Orteke se considera una parte importante del patrimonio cultural de Kazajstán. Representa la creatividad y la alegría del folclore kazajo.
  • Esparcir Dulces
    Shashu
    Shashu es una costumbre alegre que se realiza en bodas, fiestas de bienvenida o celebraciones especiales. Durante el ritual, los invitados esparcen dulces, monedas o pequeños obsequios sobre la persona honrada. Se cree que el acto trae felicidad, prosperidad y buena fortuna. Los niños recogen ansiosamente las golosinas, agregando emoción y risas a la ocasión. Shashu destaca la generosidad y la importancia de compartir bendiciones dentro de la comunidad.
  • Baile de Caballos
    Kara Jorga
    Kara Jorga es una danza tradicional kazaja que imita tanto los elegantes movimientos de un caballo como el ritmo de su jinete. Una vez casi olvidado, el baile ha revivido en las últimas décadas y ahora se realiza a menudo en festivales y reuniones públicas. Sus pasos enérgicos y ritmos animados reflejan el estilo de vida nómada del pueblo kazajo, para quien los caballos eran fundamentales en la vida cotidiana. Tanto jóvenes como mayores se unen al baile, manteniendo viva la costumbre a través de las generaciones. Kara Jorga no es solo una actuación alegre, sino también un símbolo orgulloso de la herencia de Kazajstán.
  • Caza del Águila
    Berkutchi
    Berkutchi es la antigua tradición kazaja de cazar con águilas reales, transmitida de generación en generación por familias nómadas. Entrenadas desde muy pequeñas, estas poderosas aves ayudan a los cazadores a atrapar zorros, liebres e incluso lobos en las vastas estepas y montañas. El vínculo entre cazador y águila se considera sagrado, basado en la confianza, la paciencia y el respeto mutuo. La caza del águila no es solo una habilidad práctica, sino también un símbolo de valentía y libertad en la cultura kazaja. Hoy en día, los festivales y concursos mantienen viva la práctica, y la UNESCO la reconoce como parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.