Durante siglos, los nómadas kazajos dependieron del ganado, lo que dio forma a una cocina centrada en la carne y los lácteos. Beshbarmak, el plato nacional de Kazajstán, es una fuente abundante de carne hervida (generalmente cordero o ternera) servida sobre fideos planos y espolvoreada con cebolla. Su nombre significa "cinco dedos"—, un guiño a la forma tradicional de comerlo a mano.
Otro manjar es el kazy, una salchicha de carne de caballo considerada un símbolo de hospitalidad y, a menudo, preparada para ocasiones especiales. Los lácteos también juegan un papel importante en la comida tradicional kazaja. Los viajeros no deben perderse kumis, leche de yegua fermentada con un refrescante sabor, o ayran, una bebida refrescante a base de yogur. Para terminar, ninguna mesa kazaja está completa sin baursak, masa dorada frita servida con té.